Recomendaciones para el control de la Cercospora en la zona norte en 2024
Miguel Gutiérrez Sosa
2023 se ha caracterizado por ser un año con elevada presión de Cercospora. A diferencia de años anteriores, la presión ha sido elevada incluso en zonas tradicionalmente no endémicas. La aparición de las primeras manchas y por tanto el inicio de los tratamientos fungicidas ocurrió excepcionalmente temprano, a primeros de junio, cuando lo habitual es que ocurra a finales de junio o primeros de julio. Esto ha supuesto que el número de aplicaciones fungicidas haya habido que incrementarlo.
El desarrollo de la epidemia ocurrió de forma suave durante el verano y “explotó” (desarrollo exponencial) a finales de agosto y durante el mes de septiembre, dentro de lo que denominamos “ventana crítica”, que abarca desde el 1 de agosto al 15 de septiembre, donde el cultivo debe permanecer perfectamente protegido. El que se haya desarrollado de forma exponencial en septiembre, no debe interpretarse como que los tratamientos dados durante el verano no hayan servido para controlar la enfermedad, sino todo lo contrario; los agricultores que iniciaron los tratamientos con las primeras manchas (umbral del 5% de hojas sintomáticas) y siguieron aplicando durante el resto de la campaña y especialmente durante la ventana crítica, consiguieron un mejor control (y rendimiento).
Una posible explicación para esta explosión de enfermedad en septiembre puede ser el que haya sido un mes anómalo en términos de meteorología, ya que se dieron episodios de altas temperaturas (similares a agosto) y lluvias abundantes, de entre 80 a 120 mm según zonas. Estas condiciones de altas temperaturas y mojado y salpiqueo provocado por lluvias (más que la humedad) favorecen el desarrollo de la Cercospora.
Las decisiones que debe tomar para proteger el cultivo, en orden cronológico, son las siguientes:
- Selección de la parcela: evite repetir la parcela, esto es un factor determinante, incluso aunque siembre una variedad de buena tolerancia.
- Elección varietal: elija una variedad verde o azul (en 2023 ninguna variedad ha alcanzado este calificativo) de la lista de variedades recomendadas en esta misma revista.
- Fecha de siembra: las fechas más tempranas son más susceptibles de ataques mayores de enfermedad, pero no es una buena decisión retrasar la siembra pensando en la Cercospora, ya que la fecha de siembra es uno de los factores más importantes para conseguir alcanzar rendimientos elevados.
- Primer tratamiento fungicida: debe darlo con las primeras manchas, esto es, con el 5% de hojas sintomáticas (coja 100 hojas al azar dentro de su parcela y cuando 5 hojas tengan alguna mancha, es el momento de tratar); no se retrase. Un retraso de tan sólo 1 semana puede suponer pasar del 5% de hojas sintomáticas al 70%, lo que sería demasiado tarde, y esto va a condicionar la estrategia completa, sin alcanzar las máximas eficacias potenciales.
- Estrategia de AIMCRA: tras haber dado el primer tratamiento, debe aplicar cada 21 días hasta la precosecha. Preste especial atención a la ventana crítica (1 agosto-15 septiembre). Debe alternar los fungicidas y en las zonas endémicas, evitar o minimizar el uso de fungicidas de la familia química de las estrobilurinas (ver tabla en este mismo artículo, en color rojo).
- Último tratamiento fungicida: el último tratamiento fungicida debe darse 3 semanas antes de la cosecha si se cosecha en octubre. Con cosechas después del mes de octubre, hay que atender a los avisos de Azucarera, pues va a depender de las condiciones meteorológicas, que en el caso de que sean favorables, habría que seguir protegiendo el cultivo.
Manejo de los fungicidas: la resistencia es un factor clave.
Los fungicidas en remolacha pueden clasificarse, a grandes rasgos y desde el punto de vista del riesgo de generar cepas resistentes, en tres categorías según su modo de acción. En la Tabla 1 se exponen los que están autorizados en remolacha en España. Es MUY importante el empleo de los fungicidas multi-sitio o de contacto ya que no generan resistencias. El uso de los triazoles debe ser preferente sobre las estrobilurinas, reservándose estas últimas en zonas endémicas de Cercospora cuando no queden otras opciones o bien en zonas sin problemas importantes de Cercospora.
Manejo del riego
Tipo de riego: la Cercospora se desarrolla de forma más favorable en condiciones de humedad, idealmente por encima del 85% de humedad relativa, pero con agua libre sobre las hojas. Si la humedad es elevada pero no hay agua libre sobre la hoja, como puede ser el caso del riego por goteo o por gravedad, no se desarrolla o lo hace escasamente. El salpiqueo provocado por el impacto de las gotas de agua, bien de riego o bien de lluvia, provoca que se extienda por la parcela de unas hojas y plantas a otras. Es por eso por lo que el riego por aspersión favorece más la Cercospora que el riego por pívot.
Momento del riego: cuando coinciden riego y temperatura elevada (óptima entre 25-30ºC aproximadamente), las condiciones son más favorables para la Cercospora. Por eso, es recomendable, en la medida de lo posible, regar durante la noche cuando la temperatura es más fresca, ya que minimiza el riesgo.
Frecuencia de riego: una mayor frecuencia de riego implica un mayor número de momentos favorables para el desarrollo de la enfermedad. A mayor número de riegos semanales, mayor riesgo. Adapte la frecuencia del riego a la textura del suelo y no la sobrepase.
Variedades en los ensayos
El factor “Variedad” es mucho más importante que el factor “estrategia” con fungicidas. En zonas endémicas de Cercospora queda claro: la única manera de combatir eficazmente esta enfermedad es sembrando variedades con buena tolerancia, que las identificamos en la lista de variedades recomendadas por AIMCRA con los colores verde y azul (ver Tabla 2). Sin embargo, durante la campaña pasada 2023/24, no se han detectado variedades azules: es posible que haya más cepas resistentes que se saltan la tolerancia varietal. Es por ello, que haya que potenciar las estrategias anti-resistencia: usar siempre y a dosis máximas fungicidas de contacto o multisitio en mezcla con los sistémicos, alternar modos de acción o familias químicas en su defecto, minimizar el uso de estrobilurinas, hacer todos los tratamientos necesarios, especialmente el primero, no bajar la guardia durante la ventana crítica y no abandonar los tratamientos en precosecha (septiembre/octubre), ya que la remolacha en ese momento está en fase de acumulación de peso y azúcar muy intenso y hay que recordar que las hojas de la planta son la verdadera “fábrica de azúcar”.
Recuerde en 2024: en zonas endémicas de Cercospora, siembre variedades verdes.
En el artículo de recomendación de variedades de esta misma revista y en la web de AIMCRA, podrá consultar los colores de todas las variedades ensayadas; dado su importancia, a continuación, se van a resaltar aquí solamente las variedades ensayadas (recomendadas de 3 años y tolerantes a los herbicidas ALS conocidas comercialmente como variedades SMART o CONVISO en las Tablas 2 y 3 respectivamente) para zonas endémicas de Cercospora.
Las variedades ámbar, rojas y negras deben reservarse para zonas donde la Cercospora no es una enfermedad importante. Si siembra alguna de estas variedades en una zona endémica, aun haciendo 6 ó 7 aplicaciones con fungicidas durante la campaña, no conseguirá controlarla eficazmente y el daño sobre el rendimiento y la calidad puede llegar a ser muy acusado.
En los ensayos de 2022 se determinó que el nivel de enfermedad se reduce de forma más acusada con la elección varietal que con la estrategia con fungicidas. En el ensayo de Moscas del Páramo en León, que fue donde más severidad presentó la Cercospora, la elección varietal ha supuesto de pasar en pre-cosecha (finales de septiembre) para los Testigos sin aplicaciones fungicidas de un 45% de AFA de Cercospora de la variedad de buena tolerancia a un 77% para la variedad sensible. En el caso de la variedad sensible tratada con 5 aplicaciones fungicidas, se ha conseguido reducir tan solo del 77% al 53% de AFA, lo que supone más Cercospora que la variedad tolerante sin ninguna aplicación fungicida.