AIMCRA presenta a la Junta Directiva los resultados sobre cercospora y la nueva estrategia de investigación
El pasado 14 de septiembre, la Junta Directiva de AIMCRA se reunió en Sevilla para conocer los diferentes trabajos e investigaciones que ha llevado la Asociación a lo largo del año. Así, durante el encuentro, se les trasladaron los resultados de los ensayos sobre la cercospora en la remolacha, así como los resultados de los ensayos de variedades, de la cassida y de varios herbicidas.
En cuanto a la cercospora, se ha comprobado que los meses de abril y mayo son clave para controlar esta enfermedad y que las acciones posteriores no detienen la enfermedad, puesto que en apenas se ven síntomas de la misma. “La realización de test de resistencia nos han permitido conocer la idoneidad de los productos a emplear”, señaló la directora de AIMCRA, Elba Rosique.
Los objetivos fijados en 2023 de cara a esta enfermedad se han basado en conocer la mejor estrategia de protección según la sensibilidad varietal, testar las consecuencias de proteger únicamente en “ventana crítica”, saber cuál es el mejor posicionamiento de las estrobilurinas en el programa de tratamientos y elaborar una estrategia de tratamientos basada en indicadores climáticos. Y se ha concluido que, aunque no existen diferencias significativas, se ha observado que concentrar las cuatro aplicaciones surgidas de la recomendación de la presenta campaña, entre abril y mayo, que es cuando se considera la ventana crítica, ha derivado en un mejor control final de la enfermedad. “Las aplicaciones con fungicidas siempre devuelven con crece el coste de las mismas”, concluyó Rosique.
La propuesta para 2024 es testar el mejor posicionamiento de los distintos fungicidas dentro de la estrategia de control, incluir en los ensayos las recomendaciones derivadas del proyecto SANIA y evaluar las eficacias alcanzadas con aplicaciones con dron.
Tras llevar a cabo minuciosos análisis e investigaciones sobre la aplicación de diferentes herbicidas en el cultivo de la remolacha, los técnicos de AIMCRA, en colaboración con los agricultores, han conseguido determinar los momentos óptimos de las aplicaciones para maximizar el control y han elaborado una estrategia para cada especie. Así, han podido llegar a la conclusión de que las aplicaciones realizadas en estadios tempranos de las malas hierbas de difícil control mejoran, sensiblemente, el resultado final, incluso, sin el empleo de herbicidas convencionales. Y en la mayoría de los casos, los técnicos han conseguido un control satisfactorio de las especies difíciles con un empleo mínimo de herbicidas convencionales.
El objetivo planteado por AIMCRA para 2024 es elaborar estrategias de control en aplicaciones tardías y evaluar las eficacias alcanzadas con aplicaciones con dron.
Si quieres conocer todas las investigaciones en profundidad, te lo contamos en el próximo número de la Revista de AIMCRA